Big Breasted Blonde Amateurs
«Cada ratinha tem o seu mistério e desvendar uma não quer dizer que percebemos o mistério total», Puchkine, Diário Secreto
terça-feira, 5 de janeiro de 2010
Cuentame un cuento, y verás que contento
Como sabe bem a seguir ao almoço...


Una anciana barría su casita, se encontró un centimito y se fue al bar a tomarse una cerveza.

-¿Adónde vas, abuela, con un centimito? Con eso no te doy ni los buenos días –le dijo el camarero.
-¡Válgame el señor!

Entró en un supermercado y cogió una tableta de chocolate blanco. Ella leyó “blando” y lo eligió porque tenía los dientes como la vista.
-¿Adónde vas, abuela, con un centimito? Con eso no te alcanza ni para los buenos días –le dijo la cajera.
-¡Válgame el señor!

Pasó por la puerta del cine y quiso entrar.
-¿Adónde va usted, abuela? ¡Circule, circule!
-¡Válgame el señor! –dijo la abuela-. Ni los buenos días...

-Buenos días –dijo la voz de un señor que se quitaba el sombrero.
En el sombrero echó la anciana el céntimo
-No es menester –dijo el anciano y se lo devolvió poniendo en la mano de ella su mano cálida-. ¿Quiere usted venir conmigo? –continuó.
-No, prefiero acompañarle -respondió ella. Y los ancianos y el centimito terminaron en un parque que tenía una fuente con dos patos y de espaldas lo lanzaron deseando estar juntos para siempre y lo lograron porque, aunque era solo un centimito, la vida que les quedaba era poca y les alcanzó.

Pablo Albo

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